No sé muy bien si este
post va sobre música o va sobre cine. Muy probablemente esto que vais a leer
sea una entrada sobre cosas de la vida.
El pasado 1 de agosto
se estrenaba en los cines de España la película Begin Again, precedida por críticas muy positivas que ponían el
film en lo más alto de las propuestas cinematográficas del verano. Decían que
era lo más de lo más de las comedias románticas y yo fui a verla consciente de
que tanto halago podía decepcionarme, pero convencido de que si una comedia
romántica decente llegaba a la cartelera tenía que verla en una butaca de cine.
Para empezar quiero
aclarar que Begin Again no es ni una
comedia ni una película romántica. Básicamente me vendieron una cosa que no
encontré… Pero tuvieron la suerte de presentarme algo que me cautivó de igual
manera. Más que una película, el proyecto que podéis ver en las grandes
pantallas estos días es un cruce de caminos típico de nuestro día a día dando
paso a una composición exquisita de una banda sonora que te engancha.
Muy probablemente no
fui capaz de prestarle atención a la película porque estuve todo el rato
pensando en que tenía que volver a casa y escuchar todas las canciones de su
banda sonora. Keira Knightley ha pasado de la piratería para regalarnos música
en estado puro. Su voz en las letras apropiadas es todo un descubrimiento. Y es
que hay que destacar que el acierto de esta banda sonora radica en letras
sencillas de cosas cotidianas, quizás las canciones que todos hemos deseado
escribir.
Por otro lado tenemos
a Adam Levine. Para los que somos fans de ese toque inconfundible que tiene
Maroon 5, su aparición en la película le dará el punto adictivo a la música de
la que solo querrás más y más. Aunque si no soportas el grupo… quizás acabes
contento con el papel que le han dejado a Levine.
La película nos regala momentos que nos hacen amar la música más de lo que ya lo hacíamos antes de entrar a la sala de cine. Si no te había sucedido antes, desde que la veas por primera vez no volverás a sentir tus auriculares de la misma manera.
En definitiva, olvida
que vas a ver una película y siente cómo presencias la formación de un disco
tan peculiar como la vida misma. Creo que tendré que volver al cine a ver la
peli… si es que no me paso el tiempo cantando…
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